Me gustaría que el tiempo pasase más rápido, y curase las heridas.
Que el aire sea más fresco y adormezca nuestros anhelos.
Se aproximan días de verano que queman, junto sus largas noches.
Y te preguntas si fue la vida la que ni si quiera nos brindó una oportunidad.
O si fuimos nosotros mismos.
Yo veo las respuestas, tú mientras andas ciego.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.