Vivimos esperando.
Vivimos en nuestros propios sueños, pensamientos, engañándonos.
Vivimos con las esperanzas puestas en cosas que sabemos que no ocurrirán, pero es mucho más bonito engañarnos a nosotros mismos.
Creemos que vivimos, y sin embargo estamos más que muertos.
El tiempo que jamás volverá y lo habremos gastado en cosas que no merecen la pena, en personas que no merecen la pena. Siendo tan ciegos de nuestra propia estupidez, de no haber sido capaces de ver quien si la valía, y haber perdido el tiempo, aquello que nunca vuelve, aquello que no le dimos la oportunidad para ser felices y viviremos con nuestras malas elecciones. Porque es más cómodo no aceptar que somos el problema, que somos quien deberíamos cambiar.
Pero, de verdad viviremos, o simplemente parecerá que lo hemos hecho, siendo nosotros mismos espectadores de nuestra vida pasando cuando en realidad no hemos vivido.
Hemos estado siempre muertos.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.