Y el día se desangra en el siguiente.
Las horas, los días pasan, porque tienen que pasar.
Vacíos.
Son nada que los llene. Sin nada que veas que valga la pena ya.
Y aquello por lo que si creías, se aleja de ti cada día más.
Dónde quedaron las ganas, las ilusiones y esperanzas.
Veo pasar mi vida, sintiendo que estoy muerta dentro de ella.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.