Hay días "mejores" y días peores.
Hay días que me apetecería mandar todo a la mierda, y otros querer intentarlo un poco más.
Días en los que cuesta un triunfo levantarse, y días en los que es imposible dormir.
Días en los que me gustaría contarlo todo, soltar el peso que siento al guardarme tales secretos, porque ya no tengo nada que perder.
Pero ya no hay días felices.
Tenías la capacidad de alegrarme un día entero solo diciéndome cualquier tontería.
Pero decidiste llenar todo de oscuridad.
Y ahora navego por un mar inmenso a la deriva, buscando el faro que me vuelva alumbrar.
Buscando la orilla para evitarme ahogar.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.