Oí un click.
Algo cambió.
Vi una luz en mi cabeza, que no se de donde salió.
Pero sentí un empujón, una voz que me decía, esta vez si, esta vez las cosas las vas hacer bien, y saldrás adelante, como siempre.
No se como ha ocurrido, pero mi faro se ha encendido.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.