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Mostrando entradas de febrero, 2018
La inocencia que pierdes día a día. Se acortan las noches y se alargan los días. Las ojeras se acumulan bajo tus ojos. El cansancio en tus piernas y la soledad en tus hombros. Qué le ha ocurrido a toda una generación que ha perdido tanto la esperanza. Que su sentimiento más fuerte es la soledad y la ansiedad. Los miedos de la noche. Qué ha sido de las generaciones que se guiaban por el amor y la esperanza.
Eres el que nunca llega. Una canción inacabada. La caricia que anhelas en la espalda. Eres el frío del invierno y la desesperación del tiempo. Eres el tiempo pasado del que no tiene presente ni futuro. La belleza de las flores de plástico.
Son tus manos recorriendo mi cuerpo. Son tus ojos donde me pierdo. Es tu boca la que me sonríe. Es tu pelo el que me acaricia. Es el vacío en mi pecho el que tanto te echa de menos. Es mi sangre espesada por el veneno de tus palabras
Y te agradezco a cada instante que no me quisieras, que me apartaras de ti. Porque contigo la vida hubiera sido una condena. Me habrías arrastrado al infierno del que no quieres salir. Del infierno en el que estuve una vez y tanto luché por irme de allí. Tóxico, veneno y frío. Porque no quieres ver todo lo que puedes ser. Yo seguiré adelante. Habrá días mejores y días peores. Pero siempre iré con la cabeza bien alta, sabiendo que puedo con todo, queriéndome y no arrepintiéndome de nada. Yo sigo mi camino.
Y si hoy me he despertado contigo en la memoria ha sido para recordar lo que nunca fuíste, que no eras lo que vendías. Envenenando todo lo que tocas, destruyendo todo por donde pisas. Pero vuelvo a ser yo, la persona fuerte y llena de vida que ha conseguido expulsar tu veneno. Que soy consciente que siempre quedará una gota, un recuerdo, pero no voy a luchar por alguien que él mismo se ha dado por vencido. Que aunque fueron tus manos las que quise, no son tus manos frías las únicas que existen. Hay manos que te agarran si te vas a caer, manos que te valoran, manos que te acarician, manos que no juegan contigo, manos que te dan paz y no toda esa angustía que me producían tus demonios. Manos que te dicen "Descansa bonita"
El veneno denso en la sangre, frío y sin vida como tus dedos, se distribuye por todo el cuerpo volviendolo frágil. Pero me he deshecho de ese veneno, ha salido de mi cuerpo. De mis arterias y mi pecho. Ha sido como respirar por primera vez de nuevo. La primera bocana de aire al nacer. Un aire que te llena los pulmones, te llena de vida. Ni tu veneno ni tú tenéis ya poder en mi, aunque siempre quede un recuerdo, la reminiscencia de lo que fue. Una gotita de veneno que intentará volver a parasitar todo, pero no lo permitiré. No quiero tu mirada perdida, ni tu piel fría, ni tu pecho vacío. Otras manos me curan ya, otras que son solo una parada, pero se que no me envenenarán.
Y que no soporto verte ahogado de esta manera. Sin poder agarrarte la mano y sacarte del fango. Cómo decirte que todo saldrá bien, que yo estaré siempre sujetándote la espalda, si no me escuchas, si no me valoras. Que me tenga que obligar a soltarte la mano, a decirte un adios que no quiero, a tener que ver como te hundes, y como a mi eso me destruye. Que tus palabras son puñales y que tus silencios matan. Cuando tus ojos están llenos de vida y tu boca es tan amarga. Si fueras capaz de ver todo lo que hice por ti, la verdadera felicidad, si solo abrieses los ojos. Se que tus palabras son para otros. Se que eres como una bola de demolición y destruyes todo a tu paso. Y si nada importa, y si tu odio hacia mi es tan grande. Si para ti, solo soy un lastre.