El veneno denso en la sangre, frío y sin vida como tus dedos, se distribuye por todo el cuerpo volviendolo frágil.
Pero me he deshecho de ese veneno, ha salido de mi cuerpo. De mis arterias y mi pecho.
Ha sido como respirar por primera vez de nuevo.
La primera bocana de aire al nacer.
Un aire que te llena los pulmones, te llena de vida.
Ni tu veneno ni tú tenéis ya poder en mi, aunque siempre quede un recuerdo, la reminiscencia de lo que fue. Una gotita de veneno que intentará volver a parasitar todo, pero no lo permitiré.
No quiero tu mirada perdida, ni tu piel fría, ni tu pecho vacío.
Otras manos me curan ya, otras que son solo una parada, pero se que no me envenenarán.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.