Eres el que nunca llega.
Una canción inacabada.
La caricia que anhelas en la espalda.
Eres el frío del invierno y la desesperación del tiempo.
Eres el tiempo pasado del que no tiene presente ni futuro.
La belleza de las flores de plástico.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.