Es el miedo, el que maneja últimamente mis días.
El que contínuamente tiene agarrado mi corazón,
la boca del estómago,
la respiración.
A cubierto mis días con un velo negro
el cual no me deja ver la luz del día.
Estoy sola, con mis recuerdos, con un pasado que apenas puedo tocar.
Solo veo un futuro incierto, y al parecer, cada vez más lejos de ti.
Incluso de mi misma, del contacto de los pies con la tierra.
Porque ya no siento ni la lluvia caer.

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