Cuando vives una depresión, sola.
Una muerte, sola.
La ansiedad, sola.
Una enfermedad, sola.
El desamor, sola.
Cuando tantas cosas clave, las has tenido que vivir sola, te autoconvences de que es asi como debes estar.
Te dejas de sentir cómoda con la gente, con el contacto humano.
Te acostumbras a la soledad, sin embargo , sola no quieres estar.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.