A veces necesitamos un toque se atención del exterior, para hacernos ver lo estúpidos que hemos sido.
Con nosotros mismos.
Con otros.
Con el entorno.
Y es el miedo, lo que nos ha llevado a la estupidez. A cometer errores. A atentar contra lo que queremos.
Y he marcado la estupidez y el miedo en mi.
No dejaré que me domine.
No esta vez.
No contra mi.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.