De todas las criaturas de la tierra, el ser humano es la más despiadada.
La suposición de seres empáticos que sin embargo no hacemos más que daño unos a los otros.
Si se supone que sabemos lo que es amar a alguien, y que no esté, no debería existir la empatía hacia la persona que se encuentra en la mismo situación que una vez te encontrastes.
Si conocemos el dolor que producen ciertas cosas, por qué las hacemos nosotros mismos.
Vivir una mentira.
Creer encontrar quien te ha salvado y que sea quien te va a destruir.
El amor, no es como nos lo habían contado.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.