La absurda manía del ser humano de valorar las cosas, cuando ya no las tienes.
De valorar a las personas, cuando ya se han ido.
El creerte que van a volver cuando tú quieras. Y no. Mucho más lejos de la realidad.
Por qué no se valora a la persona que está ahí, a tu lado, luchando día a día, a veces incluso sin que lo sepas. Y solo darse cuenta cuando se hayan ido.
Por qué tenemos los ojos tan cerrados.
Qué nos da tanto miedo ver.
De qué hay alguien que nos quiere.

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