¿Es mucho decir, que contigo he pasado una de las mejores noches de mi vida?
No quiero que te asusten mis palabras. Es por lo cómoda y genial que me he setido.
Pero hoy cuando se acercaba la hora de decirte adios, me ha alcanzado la tristeza y eso me da miedo, mucho miedo. Porque no quiero tenerte lejos.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.