No se lo que siento, ni tan si quiera si siento.
Si es un sentimiendo o un estado de rabia y tristeza.
Ya no se lo que siento.
Porque no se me permite sentir.
Hay algo que habita conmigo en el pecho, pero no consigo identificarlo.
Es cálido, pero me hace mucho daño.
Me aprieta, se agarra y no se suelta.
Ahoga. Y quiero que se vaya lejos, muy lejos.
Pero siento que si se va, una parte de mi jamás volverá.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.