No me puedo mirar al espejo, porque solo te veo a ti.
Veo cómo te destruyes, cómo te hundes en tus propios demonios.
Te escondes de algo que has sentido de verdad, una felicidad. Porque para ti es más fácil cerrarte, que es a lo que estás acostumbrado en vez de apostar por una vez en mi y demostrarte que puede ser perfectamente feliz.

Ya dije una vez que no me iba a abrirme a la gente, pero contigo fue tan fácil. Y sin embargo has dado tres pasos hacia atrás. Ahora sí que no quiero abrirme a nadie más, porque tú me tienes abierta en canal.

Cada vez que lo pienso tengo menos esperanza que te volvamos a estar como esa semana, como ese domingo. Porque seguimos tu ritmo, te dije que lo marcaras tú, en un ritmo que te sintieras cómodo y te hice sentir cómodo. Pero un mal sueño que ha hecho olvidar todo lo que le has dicho y todo lo que quería que hiciéramos juntos. Ahora te has vuelto a cerrar y no sé cómo luchar contra eso porque no quieres ser ayudado.

Ojalá no me olvides.
Por favor no te conviertas en un recuerdo.

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