Te iba a escribir una carta de despedida.
Una y otra vez, en la noche, lo que escribía, lo borraba.
No encontraba las palabras.
No encontraba los expresiones.
No te encontraba a ti.
Te quería escribir una carta de despedida.
Porque creo que es hora de dejarte ir.
Pero no encontraba las formas.
No encontraba las ganas.
Solo te encontraba a ti.
Te estaba escribiendo una carta de despedida.
Pero no puedo.
No consigo decirte adiós.
Pero tengo que ser fuerte, soltar la luz de mis días negros, el veneno en mi sangre.
Porque no pienso volver a caer en tu juego.
Ya no volveré a discutir.
Y solo te diré adiós.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.