Es la brisa de la mañana, la que me acaricia por la ventana.
El aire frío que entra por mi boca y congela los pulmones.
Sentir un hueco vacío donde debería estar el corazón, permite que el aire recorra a su antojo y sin razón.
De unas manos que nunca serán tuyas.
De una piel que se fragmenta por momentos.
La rosa blanca que una vez cortada se marchita.
Ya lo único que queda son los recuerdos.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.