Mi vida se torció en el momento en el que te conocí.
Tu media sonrisa, tu mirada fija en el suelo. Y sin embargo, luz y calma me transmitían se transformaron en los miedos y la angustia, los que me acompañan cada día.
Sigamos actuando como si fuéramos inmortales Como si nuestro tiempo no se agotara Como si el de las personas que nos rodean tampoco Sigamos comportándonos como si las personas fueran a estar esperando toda la vida Como si fuera imposible que un día cuando te levantes veas que ya nunca más estaré. Que no quiera más volver. Sigamos demostrando que somos imbéciles Sigamos perdiendo el tiempo.