Somos carne y flores.
Tu piel y tu aroma.
Tu sonrisa y tus silencios.
Estamos hechos a base de recuerdos. Lo que somos y lo que serémos.
Que hay gente que ya no está, y nunca volverán, y sin embargo su recuerdo siempre te acompañara.
Personas que se fueron hace mucho, y viven con más fuerza en tu memoria que los que te acompañan día a día.
Pero alfinal todos llegaremos al mismo termino.
A la tierra y a las cenizas.
A la carne seca y las flores marchitas.
Son los versos robados, los que queman cada noche. Las palabras que tapan con su velo los puñales. La poesía dedicada a las cosas que nunca tendremos. Alimentando nuestra propia tristeza y miedo. Y dime niña, ¿qué es aquello que tanto anhelas, si nunca has tenido? Y dile niña, ¿con qué sueñas cada noche sabiendo que no ya lo habías perdido? La voz resuena en tu cabeza, ríndete, dice profunda. Ríndete y deja que la oscuridad te destruya.